¡Bienvenidos!

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miércoles, 28 de diciembre de 2016

DESAHOGO PORTEÑO

"Desahogo porteño"

Cómo transcurre el tiempo sin que le demos la debida importancia! Recién descubrimos su andar cuando nos detenemos a observar la claridad de sus pasos frente al espejo. Es el único que nos canta la justa, nos muestra el presente en carne viva y nos lleva al pasado en décimas de segundos para recordar como fuimos. Es una práctica habitual detener lo que irremediablemente jamás se detendrá! A veces me pregunto qué nos lleva a ser como somos? Vemos como mueren inocentes sólo por diversión del delincuente de turno, soportamos que nos desvíen de nuestro camino porque entienden el derecho de protesta superior al de circular libremente, oímos como maltratan a cada uno de los que pretenden conducir el destino de nuestro país, digna y honestamente, aquéllos que lo han destrozado en todos sus rincones y soportamos, además, como siguen disfrutando la parsimonia judicial. La respuesta no llega! Nos gusta ser así? Pedimos salir a la calle para que se termine con tanta muerte innecesaria y salen unos pocos que al sentir fría la convocatoria no se suman y regresan vencidos a sus hogares. Seguimos esperando, inmovilizados, que las silenciosas amenazas de muerte que nos invaden diariamente se hagan realidad! Hasta cuándo? Por eso, a pesar de tanta miseria humana, en mi desahogo porteño sigo pretendiendo un país mejor, con ciudadanos mejores! Y no quiero que suene cada vez más utópica mi pretensión! Sólo quiero la Argentina que todos los hombres y mujeres de bien merecemos y un espejo que nos devuelva la imagen que hasta ahora, consciente o inconscientemente, dejamos escapar! 

Hugo Accardi 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

SANTI


"Santi"

Santi, sonrisa franca, sincera, transparente, cómo te atreviste a dejarnos sin palabras, sin silencios, sin aliento! Hace rato quiero dejar testimonio de mi sentir y cuesta muchísimo escribirte. Es increíble que quien está acostumbrado a deslizarse con su pluma hoy no pueda mantenerse en pie con ella! Cuánto dolor pendejo, cuánta tristeza me invade al saber que ya no tendré tus respuestas generosas, siempre llenas de adjetivos hacia mi persona. No puedo comprender tu temprana partida, me niego a entenderla. En tus padres y hermanos te seguiré viendo y abrazando, no lo dudes. Sólo resta agradecerte el haberme regalado ser parte de tus días, los que llevaré eternamente en mi corazón. Abrazo de almas, hasta siempre!

Hugo Accardi